Carlo Padial arranca el episodio confesando que no tenía muchas ganas de hacer un podcast y que está “asqueado de la cultura influencer”. Aprovecha para despacharse contra los clichés de la radio: locutores que fuerzan la voz, hablan a toda velocidad y no dejan pensar a los invitados. Para él, la radio comercial está muerta y el podcast la supera porque permite hablar sin prisas.
El invitado es Antonio Baños, a quien Padial describe como uno de los personajes más brillantes de Barcelona, heredero de la tradición de talentos como Pujols o Sisa. El “enigma Baños” pasa por entender por qué un escritor tan lúcido ha dejado los libros en segundo plano para dedicarse a la música, la economía y la política. Baños admite que escribir no le gusta demasiado, pero lo hace porque es lo único por lo que le pagan. Su último libro sobre Barcelona sostiene que la ciudad “no tiene solución”, atrapada en contradicciones eternas: burguesía vs proletariado, mar vs montaña.
La charla se mueve entre economía y filosofía: Baños ve el dinero como un elemento casi mágico, símbolo más que racionalidad, y cree que desde 2008 la economía es un territorio desconocido incluso para los expertos. Ambos critican cómo el confort se ha convertido en el centro de la moral, generando una “microcrueldad” hacia quienes sostienen esa comodidad —como los repartidores de Glovo—. Para rematar, denuncian que la cultura actual castiga la ironía y obliga a los personajes públicos a ser siempre serios y trascendentes.
