Carlo Padial abre el episodio de Media Offline hablando de sus propias ansiedades: una contractura cervical que vuelve, una respiración agitada que no controla y el estrés de la vida adulta —hijos, dinero— que se traduce en “emojis live” de descontento con su pareja. Confiesa además que no preparó nada para la charla con su invitada, la escritora y periodista Laura Fernández, porque se quedó enganchado a unos AirPods recién regalados. A pesar de su rechazo inicial a la tecnología, los auriculares le volaron la cabeza y pasó el tiempo escuchando música, como Sade, en vez de pensar en el programa.
La conversación con Laura gira en torno a su forma de escribir: pasión antes que estructura, una página al día para quedarse con ganas de más y cero esquemas, lo que la llevó a tardar años en terminar su última novela. Sus personajes suelen ser hijos únicos raros, marcados por la soledad y la búsqueda de reconocimiento paterno. Tanto ella como Padial coinciden en que el artista debe resistir las presiones externas y aceptar que toda literatura es, en el fondo, “literatura del yo”. El episodio se cierra con una anécdota inesperada: las chinches que Fernández contrajo en un viaje barato a Londres, una plaga que le costó 400 € en fumigación y la obligación de lavar toda la ropa a más de 60 grados. De ahí extrae un consejo práctico: nunca dejar la mochila encima de la cama de un hotel.
